Si comprendemos el mecanismo y las motivaciones de la mente del grupo, es posible controlar y ordenar a las masas a nuestra voluntad, sin que ellos lo sepan. -Edward Bernays, Propaganda, 1928, página 71.
(Publicado por Julian Lennon en su muro de Facebook).
En esta primera entrega hablaremos de temas que seguramente habréis oído nombrar, ya que a lo largo de los años se han escrito ríos de tinta sobre esto.
Hay millones de fuentes, se han publicado centenares de libros, basados en documentos desclasificados, testimonios de personas que trabajaron en estos organismos y víctimas de las experimentaciones. Nada de lo que se expone aquí es una suposición o rumor, todo está atestiguado y demostrado.
Sin embargo, sería imposible abordar toda la información existente. Por eso mostraré sólo un boceto, un resumen de todo ello para seguir avanzando y comprender qué relación tiene con The Beatles y otros grupos de la época, acotanto el tema al ámbito de la industria musical.
1. El control de la población.
Desde los tiempos más remotos ha habido poderes que pretendían dominar el mundo. Que no os suene a “conspiranoia”, basta abrir cualquier libro de Historia para ver claramente cómo reyes y líderes políticos se embarcaban en guerras y luchas para controlar una parcela más grande de tierra, más recursos naturales, más riqueza.
Poco a poco esos poderes dejaron de ser individuales o simplemente políticos, acotados en países, para convertirse en poderes económicos. Su forma de actuar es la misma: no tienen escrúpulos, todo lo que no les beneficie directamente es prescindible, y no les importa en absoluto la población.
De hecho, la población es un problema para ellos. Un problema y a la vez algo necesario, la base sobre la que se sostienen, porque el pueblo tiene que trabajar en sus empresas, tiene que consumir sus productos y tiene que tener más hijos que continúen haciendo lo mismo. Pero todo ello, según las normas que establecen los poderes, sin causar demasiados problemas.
Una persona que piensa no es dócil. Un ser humano libre, que se plantea su existencia, que mira a su alrededor y ve que las cosas no son justas, se rebela para cambiarlas.
Eso a ellos les aterra.
Se tienen reportes de las primeras investigaciones en el campo del control mental alrededor de los años 20 en Inglaterra y Estados Unidos. Eran muy simples, basadas en técnicas de lavado de cerebro realizadas con sujetos que habían vivido experiencias traumáticas.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis llevaron a cabo multitud de investigaciones en este área, centralizadas en el campo de concentración de Dachau.
Los Estados Unidos, conocedores de estos avances, llevaron a cabo la Operación Paperclip, mediante la cual la CIA llevó en secreto a científicos nazis a su país para seguir trabajando en ello.
Que nadie me malinterprete: los nazis no inventaron el concepto de control mental. Ni estamos hablando tampoco de enemigos que de repente se aliaron para trabajar en un objetivo común. Ciertos poderes económicos de los demás países sabían perfectamente lo que hacían los científicos alemanes. Y les parecía estupendo. Aún es más: hay pruebas de que durante la guerra algunas empresas estadounidenses e inglesas financiaron estos trabajos.
Y así llegamos a los años cincuenta.
2. EL MK Ultra
El programa MK Ultra o Proyecto Monarca fue creado el 13 de abril de 1953 por Allen Dulles, director de la CIA. La explicación oficial era que querían curar a los soldados norteamericanos que habían caído prisioneros durante la Guerra de Corea, y que habían sido torturados y sometidos a lavados de cerebro durante los interrogatorios. También, por supuesto, pretendían copiar sus técnicas para usarlas con prisioneros enemigos. Así fue, oficialmente, como salvaron la reticencia del Congreso y obtuvieron la financiación “oficial”.
El programa fue creciendo hasta convertirse en un proyecto glogal con 149 sub-proyectos.
En un documento de enero de 1952 se puede leer cómo el director general de orientación decía en una nota interna de la CIA:
¿Podemos tomar el control de un individuo hasta el punto de que haga nuestra voluntad en contra de la suya e incluso en contra de las leyes fundamentales de la naturaleza, como el instinto de conservación?
44 universidades y escuelas superiores estadounidenses, 15 fundaciones de investigación, varias compañías farmacéuticas como Sandoz (la actual Novartis), 12 hospitales y 3 cárceles han sido reportados oficialmente como participantes en el proyecto. Tuvo muchas vertientes, se investigaba en todos aquellos campos, por imposibles y extravagantes que parecieran, que tuvieran alguna posibilidad de tener éxito.
Como véis, el MK Ultra no es una leyenda ni es una teoría de la conspiración. Es una realidad, está demostrado y fue confirmado en junio de 1975 por Nelson Rockefeller, vicepresidente de la Comisión de actividades de la CIA en Estados Unidos:
El programa de drogas era parte de un programa mucho más grande de la CIA para estudiar los posibles medios de controlar la conducta humana. Otros estudios exploraron los efectos de la radiación, electrochoque, psicología, psiquiatría, sociología y sustancias estupefacientes.
Drogas, sustancias estupefacientes… algo que ya empieza a sonarnos, ¿verdad? Vamos al siguiente punto:
3. El subproyecto Bluebird.
El Bluebird fue una división del MK Ultra creada entre 1951 y 1953 que buscaba la manera de lavar el cerebro de las personas e inculcarles nuevos valores e ideas. Inicialmente la excusa era que ayudaría a la resinserción social de criminales que habían cumplido sus penas en prisión.
El nombre se tomó de la obra El pájaro azul de la felicidad, de Maurice Maeterlinck, en la que dos niños parten a una aventura en busca del pájaro azul que un hada les pide para curar a su hija. A cambio, les promete poder visitar a sus abuelos muertos. Durante su camino, tendrán que dejar atrás “La Tierra de la Memoria” hasta dar con este “pajáro azul de la felicidad”. Quizá alguien recuerde de quién decía ser “primo” el jefe de los Blue Minnies de Yellow Submarine…
En Estados Unidos, el programa quedó al cargo de la División Química del Estado Mayor de Servicios Técnicos, dirigido por Sidney Gottlieb.
En un informe, Gottlieb enumeró sus objetivos de la siguiente manera:
Alteración de la memoria
Creación de nuevas identidades
Creación de múltiples personalidades
Creación de falsos recuerdos
Desacreditación por conducta aberrante
Alteración de los patrones sexuales
Evocación de Información
Sugestionabilidad
Creación de dependencia.
Básicamente, quería reprogramar los cerebros para inducir nuevos patrones de conducta.
Y, tal y como se puede leer en el documento anterior, el hecho de que la encargada fuera la División Química tenía una explicación fundamental: habían encontrado una importante herramienta para su misión.
4. El LSD
El 28 de Noviembre de 1953, a las dos de la mañana, un hombre salió volando a través de una ventana cerrada y cayó desde el décimo piso del Hotel Statler, en Nueva York. Murió en el acto. Era Frank Olson, un bacteriólogo del Centro de Investigación del Ejército de los Estados Unidos en Fort Detrick, Maryland. Fue decretado como suicidio.
Veintidós años más tarde, en 1975, William Colby, entonces director de la CIA, desclasificó documentos que dieron un vuelco al caso. Se reveló que Olson había sido en realidad una agente encubierto de la CIA en Fort Detrick, y que una semana antes de su muerte había estado bebiendo Cointreau en una reunión de alto nivel con científicos en Deep Creek Lodge, en Maryland. Al Cointreau le fue añadida una gran dosis de LSD administrado por su jefe en la CIA, Sidney Gottlieb. La droga le había producido una fuerte psicosis, por lo que había sido enviado a Nueva York junto con su colega Robert Lashbrook (también de la CIA) para visitar a un psiquiatra.
También se reveló que Olson había sido parte del Proyecto MK Ultra, explorando el uso de sustancias químicas y drogas con propósitos de control mental, y agentes bacteriológicos para el asesinato encubierto.
Se supo también que Olson había sido etiquetado como un “riesgo para la seguridad de la misión” por parte del MI5 (la Inteligencia Británica), ya que había protestado fuertemente al presenciar una experimentación humana en un viaje a Frankfurt.
Al conocer estos datos, su hijo, Eric Olson, inició una cruzada para demostrar que su padre había sido drogado y luego asesinado para que no revelara los secretos del MK Ultra.
Sin embargo, el asunto no llegó a mayores. El mismísimo presidente Ford se entrevistó con la familia de Olson, se disculpó y les concedió una indemnización de 750.000 dólares. Así valoraron la verdad, la justicia y la vida de su padre. “Todo el mundo tiene un precio”, como decía aquel…
Pero nos hemos adelantado mucho, retrocedamos un poco en el tiempo para ver cuándo descubrieron que esta droga podía servir a sus propósitos.
Albert Hofmann, químico que trabajaba para Farmacéuticas Sandoz, sintetizó el LSD por primera vez en 1938 en Suiza, mientras buscaba un estimulante para la sangre. Sin embargo, no se conocieron sus efectos alucinógenos hasta 1943 cuando Hofmann accidentalmente consumió un poco de ácido. Más tarde se descubrió que una dosis oral de apenas 25 microgramos (equivalentes a unos pocos granos de sal) podía producir alucinaciones vívidas.
En ese momento su colega, el doctor Arthur Stoll, sugiere el uso del LSD en la psicoterapia, y los laboratorios Sandoz comienzan a comercializar la sustancia con el nombre de Delysid, siempre bajo prescripción médica.
En 1951 la CIA, recién estrenado el programa MK Ultra, se interesa por la droga. Según un documento, observaron que el LSD “era capaz de causar un estado en grupos enteros de personas, incluyendo contingentes militares, afectando a su juicio y capacidad para planear, e incluso creando sensaciones de aprensión, confusión incontrolable y terror”.
Comienzan las experimentaciones con seres humanos, ampliamente reportadas y reconocidas oficialmente. La Agencia financió programas de investigación del LSD en los principales centros médicos y hospitales universitarios incluyendo el Boston Psychopathic, el Sinai Hospital en la Universidad de Columbia, la Facultad de Medicina de Illinois, la Universidad de Oklahoma y otros.
A los pacientes, sin advertirles, se les daban fuertes dosis y se los amarraba a una cama. Hubo casos en los que se estuvo administrando la droga durante 77 días seguidos.
Esta experimentación no sólo tuvo lugar en Estados Unidos. Está el caso del doctor Ewen Cameron, quien realizó experimentos en Canadá en varias clínicas psiquiátricas.
Y, por supuesto, también existen reportes de estos experimentos en Inglaterra.
Testimonio de una chica“anónima” que trabajaba en la empresa de modelos Harley en Londres y de la que tendremos que hablar más adelante cuando desarrollemos la trama del LSD en Gran Bretaña:
La policía, dirigida desde arriba por el agente Joe Simpson y Shirley Becke, solían suministrar al Profesor Emanuel Miller y al Doctor Richard Asher las drogas que querían estudiar y me usaron como conejillo de Indias.
Había varios policías fuera de servicio presentes para ver el resultado y asegurarse de que sabían lidiar con una cabeza llena de ácido.
Doctor Richard Alan John Asher, famoso endocrino y hematólogo británico, cuya especialidad cambió en 1951 para dedicarse a la psiquiatría, entrando a formar parte del Departamento de Observación Mental del Central Middelex Hospital, en Londres. Su esposa, Margaret Eliot, descendiente de una importantísima familia aristocrática, era profesora de música, y uno de sus alumnos destacados fue George Martin. Richard y Margaret tuvieron tres hijos: Peter, Clare y Jane Asher, novia de Paul McCartney desde 1964.
En 1964 el Doctor Asher abandona el hospital, así como todas sus actividades médicas, sin razón aparente. Sufría una terrible depresión. Falleció en abril de 1969, oficialmente después de cometer suicido.
Volvamos a los años 50. Pronto, la experimentación en hospitales con enfermos mentales dejó de ser suficiente. Gottlieb reclutó al agente de narcóticos de Nueva York George White para distribuir LSD en las zonas marginales de la ciudad. La operación se llamó “Midnight Climax”, y se realizó a través de pisos francos en Greenwich Village, Haight Ashbury, y el condado de Marin. White daba dosis a prostitutas, proxenetas y drogadictos, para luego observar los resultados e informar a Gottlieb.
Posteriormente, White comenzó a usarlo al azar por toda Nueva York y San Francisco, a todo tipo de personas de cualquier clase social y condición. Por supuesto, sin éstos saberlo, algo imprescindible para las experimentaciones.
Cabe destacar también el caso de W Henry Wall, nada más y nada menos que un senador estadounidense, que también fue sometido al LSD sin su conocimiento, a raíz de un “inocente” procedimiento dental.
Oficialmente, la CIA no “cosechaba más que fracasos” y pronto empezó a perder el interés en las investigaciones. Pero curiosamente este año compra absolutamente todo el producto fabricado por Sandoz, acaparando así el mercado del LSD.
El 13 de mayo de 1957 la revista Life publicó un artículo de Robert Gordon Wasson que documentó (y popularizó) el uso de hongos del género Psilocybe. No será la primera vez que Life dedique su espacio a hablar de las drogas. Esta publicación es una herramienta de divulgación de la CIA, en la medida en que apoyó incondicionalmente la versión de la Comisón Warren sobre el asesinato de JFK, llegando a publicar (¡a tan sólo unas horas de la detención de Oswald!) fotografías claramente manipuladas. El fiscal Jim Garrison se encargó de demostrarlo en el juicio contra Clay Shaw.
En 1959 Ken Kesey se ofrece como conejillo de Indias para el proyecto MK Ultra y prueba el LSD, psilocibina, mescalina, cocaína y DMT. Ese mismo año, y producto de esa experiencia escribe la novela Alguien voló sobre el nido del cuco.
Ese mismo año Timothy Leary, Licenciado en Psicología por la Universidad de Harvard, comienza una intensa campaña para promocionar el LSD. Junto con su colega Richard Alpert abren el Departamento de Investigación Psicodélica.
En varios comunicados insta a los estudiantes norteamericanos a “engancharse al LSD, entrar en la onda y desconectar”.
A la vez, Sandoz comienza a entregar muestras gratuitas de la droga, primero a través de farmacias y hospitales, y después en conciertos y festivales. Una de las personalidades encargadas de ello fue el productor Terry Melcher, hijo de Doris Day, que tuvo una importante relación con Charles Manson y fue amigo de Faul. Pero de esto hablaremos en otro artículo.
Francis Crick recibe el Premio Nobel de Medicina por descubrir la estructura del ADN. Años después declararía que algunos académicos en Cambridge usaban LSD en pequeñas cantidades como una herramienta del pensamiento, que los liberaba de las preconcepciones y que los ayudaba a concebir ideas nunca antes alcanzadas. Crick señala que fue precisamente bajo los efectos del LSD cuando percibió la forma de la doble hélice estructural del ADN. Esto dota a la droga de más admiración: un Nobel de Medicina alabando los poderes del ácido.
La droga ya está en la calle. Se fomenta la creencia de que simboliza la “contracultura”, se asocia a lo “nuevo”, lo “rebelde”. Una nueva generación que emergía con fuerza, que clamaba por la paz y la igualdad, se siente especialmente atraída por ella, bajo la creencia de que les ayudaría a liberarse.
¿Para qué esperar a que los jóvenes crearan su propia contracultura que les ayudara a pensar y plantearse el sistema? Ya la crearon ellos y se la sirvieron en bandeja, controlándola mediante el LSD.
En 1964 Ken Kesey y los Merry Pranksters se suben al bus llamado Further y cruzan Estados Unidos repartiendo LSD a quien lo quiera probar.
En noviembre de 1965 Ken Kesey y los Merry Pranksters organizan el primer Acid Test en Santa Cruz, California. En los siguientes Acid Test, llegarían más de dos mil personas a participar de la experiencia.
Estalla el escándalo. La sociedad tradicional se asusta al ver las legiones de jóvenes acudiendo a probar el LSD y entrando en una suerte de “éxtasis colectivo”. Se produce el rechazo.
En 1965 se prohíbe la fabricación y venta del ácido. Se busca un cabeza de turco: Timothy Leary, que es expulsado de Harvard y acusado públicamente. En un alarde de hipocresía, Nixon lo declara “el hombre más peligroso de América”.
A lo largo de los años siguientes, la CIA se fue dando cuenta paulatinamente de que el resultado final no era el esperado. A pesar del estado inducido por la droga, las más altas cualidades de la naturaleza humana parecían reflotar constantemente a la superficie.
Debemos recordar siempre darle las gracias a la CIA y al ejército por el LSD. La gente lo olvida. Todo fue lo contrario de lo que tenía que ser, ¿sabes, Harry? Ellos inventaron el LSD para controlar a la gente y lo que hicieron fue darnos la libertad.
John Lennon, Playboy, 1980.
En los años 50 un nuevo estilo de música había surgido con fuerza: el Rock. Centenares de jóvenes acudían en masa a los conciertos, dejándose llevar por el ritmo y las sensaciones que éste les producía. La música es un elemento fundamental en nuestras vidas, que está demostrado que puede cambiar nuestro estado de ánimo e influir en nuestras emociones. Alguien que sea capaz de crear una música que nos haga vibrar de emoción se convierte en nuestro ídolo.
Poco a poco empezó a surgir el fenómeno denominado como “fan”. Los artistas se convertían en iconos, aparecían en revistas, en shows de televisión, los admiradores querían saber todo sobre ellos, incluso adoptar su estilo y sus ideas. Podían llegar a ejercer una gran influencia.
Algo muy interesante para algunos…
4. El Instituto Tavistock.
La CIA, el MI5 y todas las agencias de Inteligencia no son más que instrumentos. Están al servicio del poder; no dan un paso sin recibir órdenes y la financiación que obtienen de los gobiernos es una ínfima parte de lo que reciben en realidad.
La CIA se financió para estos horrores a través del frente estadounidense denominado “Sociedad para la Investigación de la Ecología Humana”. Formaban parte de ella, entre otros, la Fundación Rockefeller (ese nombre), la Fundación Geschickter, y el gobierno canadiense.
En Inglaterra había otro frente, el Instituto Tavistock de Relaciones Humanas.
Inició sus actividades en Londres en 1921, con el objeto de estudiar la “neurosis de guerra”, causada principalmente por los largos e intensos bombardeos de artillería durante la Primera Guerra Mundial y para establecer el “punto de ruptura” del equilibrio psicológico de las personas sometidas a un estrés muy intenso.
Suena a lo que argumentaba la CIA en el Congreso para iniciar el MK Ultra, ¿verdad?
Estos estudios posteriormente se ampliaron a la investigación de la conducta y del comportamiento humano, no sólo para casos de guerra, sino para la actividad general del hombre, a efectos de ejercer el control y manipulación de las personas, siguiendo la línea freudiana.
No sólo actuaba en Inglaterra, aunque tenía su sede en Londres y sus principales actividades se desarrollaban allí. También tenía sucursales en Estados Unidos, así como subsidiarias como la Rand Corporation, el Centro de Investigación Stanford, el Instituto Hudson, la Fundación Heritage o el Instituto de Psico-relaciones y el Departamento de Psico-corrección de la Academia Médica, ambos en la ciudad de Moscú, inclusive durante el período en que existía la comunista Unión Soviética.
La investigación del Instituto Tavistock se basaba en encontrar técnicas para quebrar las condiciones de fortaleza de los individuos, de forma tal que quedaran incapacitados o condicionados, para poder ser fácilmente manipulados.
Como decíamos, tienen vertientes en todo tipo de sectores: el gobierno, el ejército, los servicios de Inteligencia, el comercio, la salud, la educación… y la industria musical. En éste último campo destaca una importante productora discográfica.
5. EMI
Originalmente, las siglas de EMI no significaban Electric and Musical Industries, sino Electrical and Mechanical Instruments.
Creada en 1931, era la productora de maquinaria militar y sistemas de telecomunicaciones más importante en Gran Bretaña y la mayor contratista de la Oficina de Guerra. Concretamente, una de sus especialidades era la Fuerza Aérea (Royal Air Force).
Su principal socio era la también discográfica RCA, que trabajaba en el campo de la electrónica espacial y militar para las comunicaciones por satélite.
Pero, curiosamente, como si el negocio de proveer al ejército de maquinaria y sistemas electrónicos no fuera suficiente, la compañía decidió dedicarse a la distribución de música popular e inauguró los estudios de grabación de Abbey Road.
A partir de 1950, bajo la gerencia de Sir Joseph Lockwood, la compañía alcanzó un inmenso éxito en el área de la música. A mediados de los 60, la división de música de EMI tenía más de de setenta mil empleados y unas ventas que superaban los tres mil millones de dólares.
EMI tenía muchas subsidiarias, como Capitol Records, Columbia Record, HMV y una pequeña subdivisión, muy humilde en principio, pero que llegó a tener una gran importancia.
6. Parlophone.
La compañía Parlophone tuvo su origen en 1896 como fabricante de gramófonos. En 1923 estableció una oficina en Inglaterra y se dedicó, principalmente, a producir álbumes de Jazz y música clásica. En 1931 entró a formar parte de EMI.
En 1950 entraría un nuevo empleado, como un simple asistente, pero que en unos años llegaría a ser director de la empresa.
Sir George Martin, otro viejo conocido nuestro.
De niño, a Martin le gustaba la música y tocaba el piano. Sin embargo, no se interesó por formarse en ninguna escuela de música hasta los los veintiún años. Antes de eso, era militar, y luchó en la Segunda Guerra Mundial con la Royal Air Force. Fue allí donde un superior y gran mentor suyo le propuso estudiar música.
En 1947 Martin se licencia e ingresa en la Guildhall School of Music, estudiando piano y oboe. Debió de ser entonces cuando tuvo contacto con Margaret, la esposa de Richard Asher, que al parecer le estuvo dando clases de este instrumento.
De pilotar aviones de guerra a tocar el oboe… Un gran cambio.
Pero George Martin no estudió jamás ingeniería de sonido. Por más que se le llame “ingeniero” y por más que aprendiera magistralmente las técnicas de grabación en estudio, él, cuando entró en Parlophone, no tenía la formación adecuada como para llegar a ser nombrado director y pasar a controlar absolutamente todas las actividades de la compañía (más teniendo en cuenta que EMI era una empresa muy vertical y formal, con un organigrama muy cerrado).
Compañía que, oficialmente, no tuvo más que pérdidas hasta que en 1962 Martin tuvo la “gran suerte” de encontrar a unos muchachos que se harían mundialmente famosos: Los Beatles.
Lady Ruth
BIBLIOGRAFÍA
Para conocer más sobre el MK Ultra y la experimentación con el LSD:
La búsqueda del mensajero del miedo: La CIA y el control mental –John Marks.
El candidato de Manchuria –Richard Condon.
Psiquiatría Británica: de la eugenesia al asesinato –Anton Chaitkin
La doctrina del shock –Naomi Klein
Healing to Hell –W Henry Wall, Jr.
Lady Ruth
Realmente impresionante.
Escalofriante.
Excelente investigación.
Muchas gracias, Teresa, un saludo.
Hola Lady Ruth! Primero mis felicitaciones por todo el trabajo que llevas en estos 5 años. Es maravilloso y gracias a ti tengo la mente más abierta a estos temas de “conspiración”.
Llevo años siguiéndote desde youtube y tus artículos de Facebook, y me he leído cada uno de tus textos. También tengo tu libro.
Una pregunta: ¿Sabrías decirme dónde puedo encontrar el libro que citas de Psiquiatría Británica: de la eugenesia al asesinato –Antón Chaitkin? Me gusta mucho investigar acerca de estos temas y si podrías facilitar algún enlace o sitio físico donde pueda encontrarlo me seria de ayuda.
Muchas gracias por compartir tanto material y tan bueno. Con los ojos abiertos se ve mejor.
Un saludo.